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¿Qué hacemos?
De la mano con las comunidades locales y defensoras de los territorios cuestionamos falsas soluciones a la crisis climática, posicionamos nuevas narrativas de la energía y empoderamos alternativas reales que iluminan un mundo esperanzador, sostenible y equitativo para todos los seres vivos.
Enfocamos nuestra energía en cinco puntos clave:

Adiós a los fósiles
Abandonar los combustibles fósiles es el primer paso hacia un modelo energético que cuide la vida. Este proceso requiere políticas valientes, movilización social y alternativas sostenibles. Decir adiós a los fósiles es abrazar una transición energética justa que nos permita construir un futuro inclusivo y lleno de posibilidades.

Un mundo de nuevas energías
El camino hacia energías renovables y asequibles no solo es posible, sino imprescindible. Este cambio no se trata solo de tecnología, sino de transformar nuestra relación con la naturaleza, impulsando un modelo que priorice la equidad, la sostenibilidad y el bienestar de las comunidades. Debemos exigir que los presupuestos públicos de las naciones sean utilizados para descarbonizar la matriz energética, promover proyectos de energía para el autoconsumo y no en una lógica mercantil. Estos proyectos nunca serán justos si es en detrimento de derechos humanos y colectivos.

La transición es y será feminista
La transición energética no puede ser neutral. Si quiere ser justa, debe reconocer las desigualdades históricas que afectan a las mujeres, especialmente en territorios afectados por el extractivismo, y su papel como lideresas en la construcción de soluciones sostenibles. Decir adiós a los fósiles es abrazar una transición energética justa que nos permita construir un futuro inclusivo y lleno de posibilidades.

Consumo ético de bienes energéticos en territorios con minerales
El consumo ético va más allá de elegir fuentes renovables: implica construir un modelo energético que respete la vida y reconozca el derecho de los pueblos a decidir sobre el uso de sus recursos. Este enfoque, demanda un cambio en la gobernanza de los bienes minerales y energéticos, que priorice la justicia social, la equidad y la sostenibilidad. En el centro está el principio de autodeterminación territorial, que reconoce a las comunidades, especialmente a los pueblos indígenas, como guardianes legítimos de los territorios en donde se encuentran los minerales. Su consentimiento libre, previo e informado, es esencial en cualquier proyecto extractivo o energético.

Energía por y para la gente
Las comunidades no son solo receptoras de políticas o víctimas del extractivismo. Al ser las verdaderas guardianas de los territorios, deben ser las protagonistas de una transición energética realmente justa donde se les garantice el derecho a la autodeterminación, alejadas del despojo y de la expansión energética-extractivista.

Recursos
Producimos información de alta calidad para sembrar una transición energética realmente justa.


Organizaciones
Somos un grupo regional de organizaciones con diversas trayectorias que, uniendo experiencias y conocimientos, trabajamos para sembrar una transición energética realmente justa.
Contacto

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